Viajar por el Alma

Este blog es un viaje hacia los senderos del alma. Todo lo que en estos caminos se esconde, los paisajes bellos y también los tortuosos y oscuros. Todos están dibujados en nuestros pies y caminando descubriremos lo que se oculta En este camino os espero para compartir experiencias, buscando el aire fresco y el claro del bosque, donde parar y recuperar el aliento.

sábado, 20 de noviembre de 2010


A María,
que hoy hace una semana que ya no está con nosotros.


Aceptamos la vida como un derecho propio. Creemos que nos pertenece y que no la perderemos hasta que seamos ancianos, y nos equivocamos.
La vida es un préstamo, y sea quien sea el que mueve los hilos, llamémosle en este caso hazar, casualidad, suerte, etc., no tiene en cuenta nuestros deseos ni nuestras necesidades. Cuando lo considera oportuno, y sin previo aviso en muchos casos, cancela el contrato.
El sábado canceló tu contrato de forma violenta, inesperada, dolorosa y absurda.
Cada fin de semana llegan noticias de motoristas muertos en la carretera, pero este sábado eras tú, María. Eras tú.
Esta vez el accidente no era anónimo para nosotros. Eras tú.
Tu nombre, tu rostro, tu sonrisa, tu gracia, tu juventud.
Y todo es diferente ahora. Incomprensiblemente diferente.
Tus padres, sin ti.
Tu marido herido, en un hospital y sin ti.
Tu perro, ahora durmiendo a mi lado, sin ti.
Tus amigos, sin ti.
Yo, sin ti.

Leí una vez que los dioses los eligen jóvenes. Sin duda tuvieron celos de tu vida plena, tu belleza, tu amor y tu alegría y te quisieron para sí.

Amanecer cada día y seguir vivos entre todos los peligros que nos acechan es un milagro. Tus milagros diarios terminaron el sábado, María.

No te olvidaremos con facilidad. El fulgor de tus verdes ojos y tu sonrisa nos seguirá deslumbrando cada vez que pensemos en ti.

Un beso, donde quiera que te encuentres.

Lola

jueves, 18 de noviembre de 2010

Las pastillas solidarias



Hay una campaña de “Médicos sin fronteras”, que quiero dar a conocer, es original, cercana y solidaria.
La idea es propagar un mensaje de ayuda a los enfermos olvidados del mundo. Actuar directamente para aliviar el dolor de los demás, de una manera simple y accesible. Solo tenemos que ir a la farmacia más cercana y comprar las “pastillas del dolor ajeno”. Solo cuestan un euro y en el paquete vienen 6 caramelos de menta sin azúcar. Cada caramelo representa una ayuda para cada enfermedad; como la malaria, chapas, tuberculosis, Kalara, sida y la enfermedad del sueño.
De esta manera nos auto medicamos, buscando un poco de alivio en la conciencia, sabiendo que podemos ayudar e impulsar que otros ayuden.
Cuantas más pastillas compremos más enfermos se curaran y a nosotros se nos quedara un buen sabor de boca, el sabor de la menta solidaria.